Regalada y sin preguntas
llega a abrirte los pulmones, las manos, los ojos
los pulmones siguen solos
bendito el que mantiene abiertos los ojos y sus manos
el que recuerda
el que sabe
el que vive
... se arrullan en el cordòn de la vereda que les venga bien. Viajan, se olvidan, se pierden. y despues de un tiempo vuelven