no hubo entrega más sabrosa que la nuestra
la que amasamos entre besos y promesas
nos amamos hasta el sueño impredecible
ni el olvido se atrevió a amanecernos.
... se arrullan en el cordòn de la vereda que les venga bien. Viajan, se olvidan, se pierden. y despues de un tiempo vuelven
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